Nuestros suelos, el origen de la singularidad de nuestros vinos
En Herència Altés creemos que entender de dónde venimos es esencial para seguir creciendo. Por eso hemos impulsado el estudio GARSOL, un proyecto que nos ha llevado aún más lejos en la exploración de nuestro paisaje vitivinícola.
El Proyecto GARSOL —“Posicionamiento de los vinos elaborados con garnacha blanca a través del conocimiento de su especificidad, derivada de las características edafológicas de las zonas vitícolas de la Terra Alta”— tiene como objetivo fortalecer la competitividad del sector vitivinícola de la Terra Alta a través de la comprensión científica del concepto de terroir: la interacción única entre suelo, topografía y clima que hace que nuestros vinos sean irrepetibles.
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Este proyecto nace de la unión y el hermanamiento de diferentes bodegas de la Terra Alta que compartimos un mismo propósito: conocer mejor nuestras Garnachas Blancas y entender cómo cada terroir imprime una huella propia en el vino.
El conjunto de factores como la fisiografía, la geomorfología, la composición y la estructura de los suelos influye directamente en la retención de agua, la nutrición de la vid y, en consecuencia, en el carácter único de cada añada.
🧪 Metodología
- Se realizaron calicatas (perfiles de suelo) para describir las capas y extraer muestras representativas.
- Las muestras fueron analizadas en laboratorio para determinar sus características físicas y químicas: textura, contenido de materia orgánica, capacidad de retención de agua (CRAD), pH, conductividad eléctrica, entre otros parámetros.
- Los datos obtenidos se interpretaron con el fin de identificar las posibilidades agronómicas de uso y manejo de cada parcela, así como los elementos que aportan singularidad a cada terruño.
La Serra Blanc: el equilibrio y la profundidad de un “vino de maleza”

- Suelo muy profundo (>120 cm), rico en materia orgánica (el más alto entre los analizados) y con una excelente capacidad de retención de agua.
- Textura franco-arcillosa, bien estructurada y con buen drenaje
- Formado históricamente sobre terreno de maleza (vegetación arbustiva), lo que ha favorecido una notable acumulación de materia orgánica.
- Suelo más fértil que el resto en la comarca, ideal para cultivar viñedo viejo y en secano, permitiendo producir vinos de gran expresividad y complejidad.
Implicación: El suelo profundo favorece una maduración homogénea, dando lugar a una Garnacha Blanca con textura sedosa y amplitud en boca. La elevada disponibilidad de agua permite mantener una acidez fresca, mientras que la riqueza orgánica del suelo aporta una sensación cremosa y equilibrada, muy característica de nuestro La Serra Blanc: un vino nacido de un suelo vivo, profundo y lleno de historia.
Benufet: la pureza y la tensión de la Garnacha sobre lutitas rojas

- Suelos poco a moderadamente profundos (40–60 cm), formados sobre lutitas rojas.
- Textura franco-arcillosa o franca, con menor contenido de materia orgánica.
- Capacidad de retención de agua más limitada, pero suficiente para mantener la vid en condiciones de secano.
- Pendientes y terrazas que exigen un manejo cuidadoso, pero que también ayudan a limitar la producción y concentrar la calidad.
Implicación: Los suelos delgados y pedregosos generan estrés hídrico moderado, provocando una concentración natural de sabores y una piel más gruesa en las uvas.
El resultado es un vino con nervio, mineralidad y una acidez vibrante, que expresa el lado más puro y directo de la Garnacha Blanca.
Las lutitas rojas, ricas en hierro, aportan sutiles notas salinas y terrosas. Estas características naturales del suelo, combinadas con viñas viejas, otorgan al Benufet una mayor tensión, frescura y elegancia, con una personalidad propia muy marcada.
Un paisaje, infinitas Garnachas
El estudio confirma lo que intuíamos desde hace años: en la Terra Alta no existe una sola Garnacha Blanca, sino una infinidad de matices según el terroir, el clon y la vinificación.
La investigación científica del proyecto GARSOL nos permite explicar con mayor precisión —y también con más emoción— por qué cada botella es única e irrepetible.
La singularidad de nuestros vinos nace del paisaje que les da vida y se convierte en la voz más auténtica del territorio que los acoge.
