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De la viña a la bodega, de la tierra a la copa, mimamos cada detalle para que nuestros vinos expresen: pureza, frescura, longevidad y elegancia.
Núria Altés nació en Batea (Terra Alta) en el seno de una familia de viticultores que generación tras generación ha cuidado la herencia familiar y le han transmitido el amor por su tierra.
Rafael De Haan, de padre inglés y madre española, nació en Kent (Inglaterra). Su pasión por los vinos auténticos le llevó a descubrir la Terra Alta, donde encontró mucho más: una familia y un proyecto de vida.
Precisamente fueron las vivencias de una infancia entre viñedos y la pasión por una tierra y por el mundo del vino, las que llevaron a Núria y Rafa a iniciar en el 2010, con el cultivo de las fincas familiares, el proyecto que hoy conocemos como Herencia Altés.
Vinos ecológicos que nacen del amor por una tierra y del compromiso por cuidarla
Herència Altés es una bodega familiar de la Terra Alta dedicada al cultivo del viñedo y la elaboración de vinos frescos y elegantes
Apostamos por la agricultura ecológica y por una forma de trabajar que sea sostenible y respetuosa con el medio ambiente, que promueva una biodiversidad rica ya que ésta, a su vez, nos ayuda a fortalecer nuestros suelos y nuestro entorno. El cuidado de nuestro patrimonio natural e histórico, preservando los viñedos viejos y los márgenes de piedra seca, nos permite seguir cultivando y elaborando vinos para que las generaciones futuras puedan seguir disfrutando de la tierra y sus frutos.
Trabajamos con las variedades autóctonas, enfatizando con las Garnachas y resaltando la Garnacha Blanca, bandera e insignia de nuestra tierra. Elaboramos los vinos de la forma más natural y respetuosa posible y siempre buscando la máxima honestidad y elegancia varietal.
Cuando pruebas nuestros vinos, te transportan a un sitio, la Terra Alta; un carácter, nuestro terroir; y una forma de hacer, Herencia Altés.
De la viña a la bodega, de la tierra a la copa, mimamos cada detalle para que nuestros vinos expresen: pureza, frescura, longevidad y elegancia.
Conservar la cultura vitivinícola, preservar el paisaje y proteger la biodiversidad de nuestra zona y de todos los elementos que conforman nuestro patrimonio cultural y natural. Una forma de entender la viticultura que integra el ciclo del cultivo y la elaboración de vino dentro del ecosistema, minimizando el impacto ambiental.
Contamos con 50 hectáreas de viñedo, todas trabajadas de forma ecológica, situadas en la comarca de la Terra Alta entre los municipios de Batea y Gandesa, a unos 420-500 m sobre el nivel del mar y de las cuales unas 20 hectáreas son viñas viejas , plantadas entre principios y mediados del siglo XX.
Apostamos por la preservación de los viñedos viejos y la orografía natural, respetando los márgenes de piedra seca, que son reservas de biodiversidad e insignias de nuestra cultura y paisaje. A su vez, estos márgenes nos permiten aprovechar las pendientes naturales del territorio y diferenciar los terruños particulares que caracterizan cada una de las pequeñas parcelas.
Superficie
21,6 haAltitud
425-450 metros sobre el nivel del marOrientación
EsteVariedades
Garnacհa, Garnacha Blanca, Garnacha Peluda y CariñenaPlantación
Principios del siglo XX - 2018Suelos
Diferentes suelos, con predominio calcáreoVinos
La Serra Blanc, La Serra Negre, Celastrina, Garnatxa Blanca y Garnatxa NegraSituada entre Batea y Gandesa, La Serra es una de las fincas más emblemáticas de Herència Altés por su altitud, con una gran influencia de los dos vientos (Garbí y Mestral) y, sobre todo, por sus viñedos centenarios que tienen rendimientos muy bajos (entre 0,5 kg y 1 kg de uva por cepa) dando unos vinos con mucho carácter.
Superficie
15 haAltitud
402-442 metros sobre el nivel del marOrientación
EasteVariedades
Garnacha Blanca, Garnacha Tinta y CariñenaPlantación
1959 - 2018Suelos
fina capa superior arcillo-arenosa sobre roca caliza. Muy pobres en materia orgánicaVinos
La Xalamera, Benufet y l’EstelLa Xalamera es una finca bucólica compuesta por un mosaico de mini-parcelas separadas por márgenes de piedra seca que se encuentra en el lado este de una meseta. La finca se caracteriza por tener dos laderas y un valle central, que resulta en una zona de umbría y otra de solana, un contraste interesante en la maduración de la uva. Los suelos son particularmente difíciles de trabajar, pues las viñas descansan sobre roca madre, muy poco profunda, que llega incluso a subir a la superficie en algunos puntos, lo que dificulta el arraigamiento de las cepas. Los vinos que resultan de este viñedo son particularmente minerales y frescos.
Superficie
21 haAltitud
400-470 metros sobre el nivel del marOrientación
Este y SuresteVariedades
Garnacha, Garnacha Blanca, Garnacha Peluda y SyrahPlantación
Entre 1948 - 2020Suelos
Calcáreo-limo-arcillosoVinos
Lo Grau de l’Inquisidor, Benufet y Herència Altés RosatLo Grau de l’Inquisidor es dónde está situada nuestra bodega y donde hemos desarrollado nuestro proyecto medioambiental. La finca se encuentra en el Coll del Moro, cerca de Gandesa, un montículo de 483 m de altitud que alberga un poblado ibérico. Los suelos son calcáreo-limo-arcillosos, con una gran capacidad de retención de agua y minerales, y alta resistencia al calor.
Superficie
8,2 haAltitud
420-450 metros sobre el nivel del marOrientación
Este y NoresteVariedades
Garnacha, Garnacha Blanca, Garnacha Peluda y SyrahPlantación
1984 - 2001Suelos
arcillo-calcáreos sobre roca calizaVinos
Benufet, l’Estel, La Pilosa y TrementinaireMeseta a gran altitud con una importante influencia de los dos vientos, condiciones ideales para el cultivo de la vid y para un perfecto estado sanitario de la uva.
Superficie
0,5 haAltitud
390 metros sobre el nivel del marOrientación
NoresteVariedades
GarnatxaPlantación
1999Suelos
panalVinos
PendienteManyol es una de nuestras fincas de garnacha negra y suelo de panal. Este tipo de suelo, de origen desértico de hace 60 millones de años, se caracteriza por ser de arena fina y limos y de un color blanquecino que, reflejando el sol en él, ayuda a la correcta maduración de la uva.
Superficie
2 haAltitud
400-425 metros sobre el nivel del marOrientación
sur y suresteVariedades
GarnachaPlantación
1980 - 1995Suelos
arcilloso-calcáreoVinos
l’EstelEsta finca se caracteriza por tener 2 parcelas muy diferentes aunque ambas muy pobres en materia orgánica y, por tanto, muy poco productivas: el bancal, abajo, con un poco más de contenido argiloso, y la terraza, un poco más arriba, que con un suelo más calcáreo tiene una producción muy escasa.
Superficie
1.2 haAltitud
330 metros sobre el nivel del marOrientación
noresteVariedades
GarnachaPlantación
2005Suelos
suelos argilo-calcáreosVinos
l’EstelSituada al oeste de Batea, la finca del Mas Vell se encuentra en una de las zonas más emblemáticas del pueblo, la Vall Major, un valle rodeado de diferentes mesetas que históricamente le dio nombre a esta villa: Adeba, que significa barcaza. Un nombre símbolo de la gran importancia del paisaje.
El clima de la Terra Alta es Mediterráneo de tipo Continental seco, principalmente. El centro de la comarca es una zona con pluviometría baja, 400 mm anuales, en la que los vientos tienen gran importancia.
Destacamos dos vientos: el Garbí (sureste) que aporta frescura a los viñedos y el Cerç o Mestral (noroeste), viento seco que evita la proliferación de hongos y otras enfermedades. Estos dos vientos y la barrera natural que conforma el macizo de Els Ports, que desvía las tormentas de mar, tienen un papel clave a la hora de preservar la salud de las uvas y los viñedos.
Los inviernos son fríos, con medias de 5ºC a 7ºC, y los veranos muy calurosos, con temperaturas máximas que alcanzan los 38º durante el día aunque por las noches el termómetro suele situarse por debajo de los 20º. Se trata de una zona con una elevada amplitud térmica anual y con muchas horas de sol, lo que beneficia al cultivo del viñedo.
Las variedades autóctonas de nuestra tierra son la herencia vitícola de generaciones pasadas, un rasgo identitario de los paisajes agrícolas y una característica genuina de nuestros vinos.
Apostamos por las variedades autóctonas a la hora de elaborar vinos frescos y elegantes, especialmente por la garnacha, porque entendemos que preservar el patrimonio vitícola es parte de nuestro compromiso y porque queremos que nuestros vinos mantengan la esencia del fruto y del suelo donde han nacido, así como el carácter de la Terra Alta.
GARNACHA BLANCA:
La variedad por excelencia de la Terra Alta. Presente en nuestras tierras desde el siglo XVII cuando, la iglesia, decidió replantar viejas cepas de Malvasía por Garnacha blanca. Es una variedad resistente a la sequía y se adapta muy bien a climas cálidos. Sus uvas pueden ser elaboradas de diversas formas, secas, dulces y rancios, mostrando así toda su versatilidad. Es la variedad más plantada en nuestra comarca. ¡La Garnacha blanca es nuestro tesoro!
GARNACHA:
La Garnacha tinta es una de las variedades más cultivadas de la península ibérica. Tiene una vid vigorosa y austera y es originaria de Aragón. Es una variedad amable, de tanino dulce, extensa y apreciada en todo el mundo. En la Terra Alta la encontramos desde tiempos antiguos, plantada en todo tipo de suelos. Fácil, fina y divertida.
GARNACHA PELUDA:
La Garnacha peluda fue fruto de una mutación de la Garnacha tinta para adaptarse mejor al clima mediterráneo. En el reverso de la hoja tiene una vellosidad que le permite transpirar durante los períodos cálidos, protegiéndose así de la escasez de agua y de las altas temperaturas. Esta variedad que evolucionó en diferentes zonas de Cataluña, entre ellas la Terra Alta, se ha adaptado perfectamente a los suelos áridos y pobres en materia orgánica. Tiene un grano de uva grande y es de piel gruesa. ¡Exótica, fresca y elegante!
CARIÑENA:
Localmente conocida como Caranyena, es una de las variedades más antiguas de la Terra Alta, rústica y salvaje que se deja dominar con el paso del tiempo. La uva de cariñena es de grano medio y tiene una tanicidad alta, lo que dota a sus vinos de una importante acidez y, por tanto, de una buena capacidad de envejecimiento. Fantástica longevidad.
SYRAH:
Es una variedad muy apreciada en todo el mundo. Aunque es una variedad foránea, se ha adaptado muy bien a nuestra comarca. Nosotros la plantamos en las zonas de mayor altitud buscando frescura y acidez. La Syrah tiene una uva de grano pequeño-medio y de piel gruesa. Tiene una carga de taninos elevada pero suave y, al mismo tiempo, una alta concentración. ¡Ideal para crianzas largas!
Trabajamos todas nuestras fincas de forma manual y ecológica, siempre con el máximo respeto por el entorno y por el patrimonio natural y cultural. Entendemos el cultivo del viñedo como parte del ecosistema puesto que es este equilibrio entre la agricultura y el entorno lo que es capaz de garantizar el bienestar de los viñedos y combatir las amenazas a las que se enfrenta la agricultura. Todos nuestros trabajos van dirigidos a respetar y mantener ese equilibrio.
En 2015 empezamos la transición hacia la agricultura ecológica y, a día de hoy, todos nuestros viñedos tienen la certificación ecológica. Además, practicamos la agroecología, utilizando técnicas alternativas para mantener los viñedos sanos y ayudar a generar vida en los suelos y en el territorio.
En un entorno con una pluviometría baja y un terruño pobre en materia orgánica, como es el caso de la Terra Alta, entendemos el suelo como un aliado para nutrir las plantas. Por eso, respetamos al máximo la estructura de los suelos y tomamos decisiones racionales adaptándonos a las particularidades de la climatología. Así, según el viento que sopla o la humedad que haya, optamos por una metodología u otra, siempre pensando en potenciar la riqueza de cada suelo.
Buscamos mantener y perpetuar el legado vitivinícola que suponen los viñedos viejos, potenciando la riqueza subterránea: raíces profundas y fuertes que perduran a lo largo de los años. Con este propósito, trabajamos la mayoría de fincas en forma de vaso y sin regadío, para que nuestro cultivo se adapte a las condiciones de sequía propias del territorio y fortalezca el arraigo.
Pero nuestro proyecto vitivinícola va más allá: a través de nuestro proyecto medioambiental, promovemos, por un lado, la protección de nuestro paisaje, formado por un mosaico de pequeñas parcelas agrícolas intercaladas con márgenes de "piedra en seco" y recortes de bosque, y, por otra parte, la recuperación de la biodiversidad, fauna y flora autóctona muchas veces amenazada por prácticas poco sostenibles o desplazada por especies foráneas.
En la bodega tenemos una filosofía de mínima intervención, es decir, intentamos influir lo menos posible en el transcurso de la elaboración del vino, siempre buscando la máxima frescura y elegancia que caracteriza a nuestros vinos.
Fermentamos a través de microvinificaciones, en pequeños depósitos que nos permiten separar las uvas de diferentes parcelas para mantener el fruto de cada tipología de suelo. Además, los mostos inician la fermentación de forma natural y espontánea con levaduras autóctonas provenientes del viñedo.
En la elaboración de los vinos blancos y rosados utilizamos sólo el mosto flor, y en el caso de los tintos añadimos una proporción de uva entera, buscando frescura, textura y fruta. Fermentamos y criamos en depósitos de hormigón para conseguir la complejidad de la microoxigenación y minimizar el aporte de aromas externos. En los casos en que utilizamos madera, preferimos barricas grandes (500 y 600 l) o foudres de gran capacidad (2.500 o 5.000 l) con la filosofía de hacer crianzas largas pero con un impacto mínimo del roble. Todo esto nos permite elaborar vinos frescos, serenos, con carácter y muy elegantes.
El objetivo de Herència Altés es integrar todo el ciclo del cultivo del viñedo y la elaboración de nuestros vinos dentro del ecosistema y con el mínimo impacto ambiental.
Nuestra razón de ser va inevitablemente ligada al patrimonio cultural y natural, por eso, hemos desarrollado un proyecto medioambiental propio que respeta la herencia cultural en torno al cultivo de los viñedos y la elaboración de vino, protege el paisaje y recupera la biodiversidad .
Desde 2016, hemos impulsado en la finca Lo Grau de l'Inquisidor la recuperación de la fauna y la flora autóctonas y de espacios donde puedan habitar. Entre las actuaciones realizadas destacamos la plantación de miles de plantas y árboles de especias autóctonas para reproducir ambientes naturales de la zona o la construcción de un jardín botánico con un estanque natural.
En los alrededores de los viñedos, con el objetivo de ayudar a combatir plagas y enfermedades del viñedo, hemos instalado cajas nido para aves insectívoras y refugios para murciélagos. También hemos realizado acciones de hacking para la reintroducción de especies como la lechuza (Tyto Alba) o el cernícalo y nos hemos adherido a la red de seguimiento e identificación de mariposas Catalan Butterfly Monitoring Scheme (CBMS), proyecto que tiene como objetivo calibrar distintos factores ambientales a partir de censos de mariposas.
Funcionamos principalmente con energías renovables gracias a la instalación de placas fotovoltaicas que producen el 50-60% de la energía que consumimos.
La bodega tiene una gran parte de su superficie subterránea que le permite, de manera natural, conseguir la temperatura y la humedad deseada en la sala de crianza. También reciclamos el agua de las lluvias para la limpieza de la bodega, y seguimos agua de las lluvias para la limpieza de la bodega, y seguimos trabajando para reducir aún más nuestra huella de carbono y conseguir, en los próximos años, la autosuficiencia energética completa.
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